Hoy queremos explicarte qué es la hiperhidrosis, qué molestias conlleva, qué tratamientos existen y por qué la toxina botulínica para las axilas es el único efectivo y sin contraindicaciones.
El sudor tiene una función importante: regular nuestra temperatura corporal y expulsar las toxinas del organismo. Sin embargo, la presencia exagerada de sudoración -conocida como hiperhidrosis- conlleva grandes inconvenientes para quienes la padecen. La aplicación de la toxina botulínica para las axilas ha supuesto una revolución en el tratamiento de exceso de sudoración por su eficacia, sencillez y seguridad.
La hiperhidrosis y sus tratamientos
Esta enfermedad se manifiesta como reacción metabólica exagerada a los estímulos del sistema nervioso simpático, dando lugar a esa excesiva actividad de las glándulas sudoríparas con independencia del estado emocional del paciente o de la temperatura ambiental.
El exceso de sudor se manifiesta en la ropa en la mayoría de ocasiones. Además, favorece la presencia de hongos y bacterias, que son los responsables del mal olor. Es evidente que todo ello genera inseguridad y molestias para trabajar y relacionarse socialmente.
Para hacer frente a la situación contamos con diversas soluciones, entre los que destacan los desodorantes antitranspirantes y la medicación oral. Pero los primeros irritan la piel y no son 100 % efectivos, mientras que los segundos producen múltiples efectos secundarios (enrojecimiento facial, arritmias, sequedad en boca y ojos, cefaleas …). La cirugía mediante simpatectomía, una tercera vía de tratamiento, tampoco garantiza resultados óptimos y puede conllevar algunas complicaciones.
Frente a estos, tenemos el tratamiento con tóxina butolínica para las axilas que consigue -en una única sesión sin dolor, sin preparativos ni cuidados específicos posteriores- la desaparición de las molestias en 24-48 horas. Los resultados son totales a la semana y se prolongan durante 3-4 meses.
Por lo tanto, por comodidad, eficacia y ausencia de contraindicaciones, nos encontramos frente al tratamiento ideal para paliar el exceso de sudor en las axilas.
En este sentido, nos encontramos en las fechas idóneas para realizar el tratamiento y disfrutar de sus beneficios durante el verano, época en la que llevamos menos ropa y la actividad social aumenta.
Cómo se aplica la toxina botulínica en las axilas
Sin anestesia local, se practican punciones en el perímetro romboidal de las axilas con la intención de que la toxina penetre en capas profundas de la dermis y paralice el músculo responsable del vaciamiento de la glándula sudorípara.
Los efectos secundarios son mínimos: apenas se manifiesta una ligera irritación local o pequeños hematomas que desaparecen a las horas.
Pide cita ahora para este tratamiento antes de las vacaciones.