Es innegable que la nariz es uno de los rasgos de nuestro rostro que más nos definen individualmente.
Grande, ancha, pequeña, puntiaguda, alargada… Cada una es diferente, y qué bienvenida es la variedad. Sin embargo, cuando la forma o el tamaño de nuestra nariz es causa de complejos personales, es natural plantearse solucionarlo por medio de una rinoplastia, la cirugía que retoca la forma de la nariz.
Por tanto, es perfectamente natural desear cambiar la forma de la nariz si no nos satisface. Pero encontramos un problema cuando un paciente toma como referencia la nariz de una persona (generalmente famosa) y pide tener la nariz de “esa” persona. Este punto de partida es un error, y a continuación explicaremos algunos detalles sobre cómo abordar una rinoplastia de la forma adecuada.
La rinoplastia y el triángulo de la belleza
Es normal que nos fijemos en el rostro de una persona famosa, sobre todo si tiene unos rasgos que nos llaman la atención poderosamente. No obstante, cuando nos dirigimos a una clínica de cirugía estética y pedimos una nariz idéntica a la suya encontraremos varios problemas.
Por un lado, no es algo saludable tener como expectativa la nariz de otra persona, puesto que nosotros no tenemos los mismos rasgos y estructura facial, por lo que tratar de tener su nariz no es ninguna garantía de que vaya a favorecernos estéticamente.
Por otra parte, puede haber problemas a la hora de tratar de esculpir esa nariz exactamente, porque la anatomía no siempre permite algunos cambios demasiado bruscos. Esto va ligado con lo que hablábamos en el párrafo anterior.
Más bien que pensar en la nariz de un famoso o persona conocida como objetivo, los cirujanos estéticos nos planteamos las necesidades y la anatomía facial del paciente como base de nuestro trabajo.
En el rostro, la nariz forma parte del llamado “Triángulo de la belleza”, que está formado por los pómulos, la línea mandibular (mentón) y la nariz. Cuando nos decidimos a realizar algún retoque en nuestro rostro, es muy importante que estos tres elementos estén armonizados entre sí. Ese equilibrio es el que realmente potencia nuestra belleza propia y natural, mejorando de forma discreta nuestros atributos.
Buscando este equilibrio, en ocasiones el retoque de nariz puede estar complementado con pequeñas correcciones en pómulos y mentón, consiguiendo una armonía integral del rostro.
En Institut Vila-Rovira siempre te aconsejaremos en qué es lo mejor para tu rostro. Puedes ponerte en contacto con nosotros para realizar tu consulta.
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