La rinoplastia es, hoy en día, una de las cirugías estéticas más solicitadas y ejecutadas por los cirujanos plásticos.
El cirujano debe tener un profundo conocimiento tanto anatómico de las estructuras internas como de la función que desempeñan, para obtener un buen resultado estético y funcional.
Porque una nariz bien operada no se debe notar.
Cada paciente es diferente y cada nariz un desafío
La evaluación completa del rostro en todas sus dimensiones y la búsqueda del equilibrio de todas las estructuras que la componen, es un objetivo primordial a la hora de planteamiento quirúrgico nasal. No podemos observar únicamente a la nariz. Por sí misma no tiene mucho sentido, si no es evaluada junto con el mentón y la frente, respetando las curvas del rostro.
La nariz forma parte de lo que llamamos el triángulo de la belleza, pómulos-nariz-mentón, trinomio que proporciona un balance al rostro cuando su tamaño y proyección no resaltan de uno ni del otro.
Un estudio externo e interno permite aclarar, tanto al doctor como al paciente, lo que es posible de realizar y conseguir.
Tipos de nariz
Creemos que es importante clasificar la nariz en 3 tipos diferentes, según la complejidad que presente y la necesidad de cada paciente. Este proceso nos facilitará la elección adecuada de la técnica quirúrgica, ya sea rinoplastia abierta o rinoplastia cerrada, y poder contar con información estadística relacionada con la cirugía nasal.
Tipo I
Aquellas narices que solo requieren pequeñas modificaciones, que presentan una buena función respiratoria. Las expectativas del paciente son puramente estéticas.
Tipo II
Aquellas narices que tienen un desequilibrio estético importante, como gibas más prominentes, puntas caídas, narices ya operadas. Generalmente, también presentan problemas de tipo funcional por lo que las expectativas son tanto estéticas como funcionales.
Tipo III
Todas aquellas narices que serían abordadas como cirugía reconstructiva: narices derrumbadas o sin ningún tipo de sostén cartiloginoso, producto de enfermedades, traumatismos, cocaína; narices que podrían precisar de colgajos o injertos de costilla.
Las narices Tipo I son abordadas de manera cerrada, mientras que las Tipo II de manera abierta. Las Tipo III, dependerán del grado de complejidad y daño. Siempre teniendo en cuenta que cada paciente es un caso individual y que puede presentar variaciones que necesitarán un planteamiento quirúrgico diferente.
Rinoplastia, postoperatorio e información general
- Intervención
La rinoplastia es una operación destinada a corregir la nariz. La duración de la intervención es de 1 hora, aproximadamente.
- Postoperatorio
Se aplica una férula sobre la nariz que debe llevarse aproximadamente una semana. Esto protege la nariz y ayuda a rebajar la hinchazón. La férula se quita en la consulta una semana después de la operación.
La mayoría de los pacientes no sienten dolor después de la rinoplastia, pero sí un ligero malestar que, si es necesario, se solucionará con calmantes.
La nariz, mejillas y ojos pueden hincharse y presentar hematomas de un modo leve. El grado varía según el paciente.
- Resultado
Los resultados definitivos se pueden obtener al cabo de 6 meses.
Es preciso que se realicen sesiones de drenaje linfático manual (Método Vodder) para una pronta recuperación y mejoría estética de la zona operada.
Los rasgos relativos a cada paciente se estudian en el momento de la consulta, ya que cada nariz es diferente en cuanto a su estructura anatómica, con variaciones en el grosor y el tamaño de los cartílagos y los huesos, el grosor de la piel, la edad del paciente, la forma del rostro, la genética, etc.Solicita sin compromiso tu cita para una valoración personal.
Artículo escrito por el Dr. Vila-Rovira para la Revista Vida Estética. Puedes descargarlo en formato PDF, haciendo clic aquí.
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