Si somos asiduas al maquillaje para intentar camuflar unas mejillas angulosas que nos afean, hace tiempo que la bichectomía es una solución quirúrgica efectiva y segura. Pero ¿es apta para todas las personas? Descubrámoslo.
La importancia del «Triángulo de la belleza facial»
La falta de equilibrio entre pómulos y mentón confiere al rostro un aspecto envejecido al romper esta armonía. Para contrarrestarlo, siempre bajo el criterio de un especialista cualificado, la bichectomía permite afinar el rostro desproporcionado por un exceso de grasa en las mejillas.
Corresponde al cirujano plástico valorar la conveniencia de esta cirugía, ya que existen otras vías para restablecer este «triángulo de la belleza facial». Es el caso del aumento de mentón, de pómulos o la eliminación de la grasa de la papada mediante liposucción.
¿Por qué optar por la bichectomía?
Esta modalidad de cirugía consiste en la extracción de las bolas de Bichat situadas entre los músculos masetero y bucinador, en las mejillas. Estas bolsas de grasa actúan como lubricantes cuando masticamos.
La bichectomía se realiza con anestesia local o sedación intravenosa y no deja cicatrices, ya que las incisiones se practican en el interior de la boca.
Sin necesidad de ingreso hospitalario y sin sentir dolor, al cabo de 5-7 días remitirá la inflamación apreciándose los resultados. Nuestra cara estará más fina y juvenil.
Algunas recomendaciones
Como pauta general, es conveniente que antes de la intervención no se tome ácido salicílico ni se fume durante un mes antes.
Después de la intervención, debemos extremar la higiene bucal con el fin de prevenir las infecciones. Para ello, a partir del tercer día, haremos enjuagues cada vez que comamos añadiendo a nuestro enjuague bucal, a partes iguales, clorhexidina y solución salina.
Como vemos, ya no hay motivo para renunciar a un rostro armónico y rejuvenecido. La bichectomía es la alternativa ideal si necesitamos marcar pómulos y redefinir mejillas en un tiempo récord.Contacto
