En este post vamos a centrarnos en como se pueden afrontar dos operaciones estéticas corporales como son la liposucción y la abdominoplastia desde un punto de vista postquirúgico (después de la operación).
En primer lugar, queremos destacar que para cada operación tenemos un protocolo determinados de actuación (programas RTM), podríamos decir que es un tratamiento específico para la recuperación y la mejora del resultado de la intervención.
Pero no solo eso, también tenemos muy presente la evolución, las necesidades y las motivaciones de cada paciente. Es decir, es fundamental individualizar la atención.
Dicho esto, vamos a entrar en materia proponiendo unos protocolos post cirugía que englobe a la mayoría de los pacientes que se intervienen de liposucción y abdominoplastia:
1. Liposucción
Esta cirugía permite aspirar la grasa rebelde que se instala en diferentes zonas corporales: caderas, muslos, rodillas, tobillos, brazos, abdomen, etc., con el fin de corregir deformidades provocadas por ese acumulo grasoso localizado. En algunas ocasiones puede realizarse complementando a otras intervenciones, como en el caso de la abdominoplastia.
Los 4 primeros días es la fase aguda del tratamiento y debe ir encaminada a guardar reposo para disminuir la inflamación y el dolor. Se realizará:
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- Aplicación de frío seco a nivel de las entradas de las cánulas y zonas dolorosas (siempre con protección celulosa para que no haya contacto directo con la piel) durante 5 minutos varias veces al día.
Se pueden hacer ejercicios de fisioterapia respiratoria y técnicas de relajación para reducir el estrés postoperatorio.
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- Del 4º al 7º día se empieza con los drenajes linfáticos, una o dos veces por semana y continuamos con la aplicación de frio, con los ejercicios respiratorios y técnicas de relajación.
En estos primeros días también se podría realizar ultrasonidos con efectos antiinflamatorio a nivel de las zonas con mayor inflamación y dolor.
Una vez pasada la primera semana se deja de aplicar frío porque en este momento ya no es efectivo como antiinflamatorio. Eso si, se podrá utilizar si hay zonas muy doloridas como “anestesiante”.
Esta fase es muy importante, porque ya podríamos empezar con ejercicios isométricos incidiendo en la musculatura de las zonas intervenidas con el objetivo de tonificarla. 2 sesiones semanales sería un buen comienzo.
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- A partir del 10º día se puede aplicar calor para mejorar el riego sanguíneo, relajar la musculatura, etc. se pueden hacer duchas de agua caliente o aplicar una esterilla eléctrica. La aplicación puede ser de 15-20 minutos varias veces al día.
También se puede introducir la electroestimulación ¡CUIDADO! No hablo de electrofitness (sistema de entrenamiento con electroestimulación que es tendencia y se hace en muchos centros de nuestras ciudades), sino de sesiones de electroestimulación con fines de recuperación bajo la supervisión de un fisioterapeuta.
Esta propuesta es opcional puede ser una ayuda a los ejercicios isométricos y a los de tonificación muscular, con el fin de evitar atrofia muscular, pero es prescindible.
Se continua con los ejercicios respiratorios y los drenajes linfáticos. Los ultrasonidos en función de la necesidad.
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- A partir del 21º día se puede continuar con los tratamientos anteriores, pero ya a partir de la tercera semana ya se pueden introducir ejercicios de tonificación muscular para esas zonas intervenidas y de la musculatura en general, ya que los tiempos de cicatrización de los tejidos blandos se habrán cumplido y mejorar el tono muscular es un objetivo fundamental tanto pata la estética como la salud.
- A partir del segundo mes se eliminaría la electroestimulación (en el caso de utilizarla) y nos centraremos en esos ejercicios de tonificación muscular.
Aunque inicialmente empecemos con dos sesiones semanales, debemos aumentar la frecuencia a 3-4 sesiones semanales.
En cuanto a los ejercicios de tonificación muscular, debemos hacer una selección de ejercicios que incidan sobre la zona tratada y la musculatura de forma global y además, ajustar el volumen y la intensidad del entrenamiento según el objetivo personal del paciente.
2. Abdominoplastia
Esta cirugía consiste en realizar una extirpación de la piel y la grasa por debajo del ombligo, en alguna ocasión también se realiza liposucción. Para ello se despega toda la porción superior del ombligo por encima del músculo.
El objetivo es disminuir la grasa y la piel de la zona abdominal, a la vez que permite hacer intervenciones de reconstrucción o mejora sobre la pared músculo-aponeurótica.
- En la fase aguda del tratamiento (4 primeros días) y los días posteriores (del 4º día hasta la sexta semana post cirugía) el tratamiento es igual que en la liposucción excepto que la aplicación de frío será sobre las cicatrices, ya que en esta intervención la lesión es diferente y que NO se podrán hacer ejercicios isométricos o de tonificación muscular hasta llegados la sexta semana, ya que los tiempos de cicatrización de los tejidos blandos en esta intervención son mayores
- Una vez nos encontramos en la semana 6 ya podremos realizar ejercicios isométricos para la musculatura abdominal: ejercicios de planchas con sus diferentes progresiones. Empezaríamos con 2 sesiones semanales aumentando progresivamente a 3-4.
- Sobre la semana 8 también podríamos empezar a introducir más ejercicios de tonificación muscular a nivel abdominal con diferentes movimientos: flexión, flexión lateral y rotación de tronco.Como en la liposucción, a partir del segundo mes se eliminaría la electroestimulación en caso de haberla utilizado y nos centraremos en los ejercicios de tonificación muscular con una frecuencia semanal de 3-4 sesiones.
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