La grasa de los flancos es uno de esos puntos “rebeldes” de la silueta. Haces dieta, haces deporte, incluso estás delgado… pero ahí está.
Esos anti estéticos michelines que aparecen al final de la espalda e incluso sobresalen por encima del pantalón. No solo alteran la silueta armónica sino que impiden que la cintura se vea definida.
Si estás decidido a acabar con ella, te contamos cómo.
Grasa de los flancos: acumulada y localizada
La grasa de los flancos es un problema que se da tanto en mujeres como en hombres. Lo que conocemos como lipodistrofia, no es otra cosa que grasa localizada. Dicho más sencillamente, es grasa que se acumula en zonas muy concretas del cuerpo. En el caso de los hombres, el abdomen, el pecho y los flancos son las zonas débiles. En el de las mujeres, igualmente los flacos, pero también los muslos, las rodillas, el abdomen, las cartucheras o los brazos.
En ambos sexos, esa grasa de los flancos se acumula en los costados del cuerpo. Se ubica al finalizar la espalda y antes de comenzar el glúteo. Y altera la silueta de modo que deja de ser estética y armoniosa.
Por qué la grasa de los flancos es difícil de eliminar
El problema de la grasa de los flancos es que no reacciona ante dietas. Ni tampoco desaparece con la práctica regular de ejercicio físico. Simplemente es resistente, porque generalmente (en circunstancias normales) no se quema cuando el cuerpo necesita energía.
El principal factor de esa resistencia son las hormonas. Aunque también hay otros factores que pueden influir, tales como la genética o la retención de líquidos. O el consumo de alcohol y tabaco.
Liposucción: la solución más efectiva para los flancos
La mejor opción para eliminar la grasa de los flancos es la liposucción. Los resultados son rápidos y, sobre todo, definitivos. Los acúmulos grasos se extraen y así desaparecen para siempre. Incluso si el paciente cogiera peso posteriormente, no lo haría en esas zonas de los flancos, sino en otra. Por eso lo ideal es mantener un peso estable y evitar cambios que alteren el contorno corporal. Después de la “lipo” hay que cuidándose o la grasa se acumulará en otros puntos, aunque no sean los flancos.
La liposucción es una intervención quirúrgica estrella. Su larga trayectoria y sus buenos resultados avalan el éxito, que pervive con el paso de los años. Esta cirugía acaba con la grasa acumulada en los flancos. Pero también en otros puntos localizados como pistoleras, muslos, rodillas…
La grasa acumulada se extrae a través de unas finas cánulas que se introducen, en este caso en los flancos, y la aspiran. Para esta intervención se precisa anestesia local y sedación. Puede que aparezcan hematomas y algo de inflamación en la semana o dos semanas siguientes. Por eso el especialista puede recomendar que lleve una faja compresora en el postoperatorio.
Apenas quedarán marcas, dado que la cánula extractora tiene un diámetros tan pequeño, que no provoca cicatrices.
La liposucción, en todo caso, no es un método para adelgazar. Solo remodela el contorno y acaba con esos acúmulos grasos resistentes a dietas y deporte. El paciente tiene que poner de su parte para que los resultados se mantengan en el tiempo.
Otros tratamientos para la grasa localizada de los flancos
Si el paciente no desea una solución quirúrgica, hay otras opciones a las que puede recurrir para eliminar la grasa de los flancos. Métodos no invasivos que no requieren cirugía. Uno de ellas es la mesoterapia. Se trata de infiltraciones de medicamentos homeopáticos que ayudan a reducir la grasa corporal. Así se resta volumen a las zonas que preocupan, como en este caso los flancos.
Otro tratamiento frente a la grasa localizada es la carboxiterapia (microinyecciones de CO2). También la radiofrecuencia Thermage o Thermacool. En este caso tampoco requiere inyecciones y es la opción de preferencia en pieles con flacidez.
Si estás interesado en eliminar la grasa de los flancos, no dudes en pedirnos cita sin compromiso. Nuestros expertos estudiarán tu caso y te informarán de todas las opciones posibles. A punto de llegar el verano, todavía estás a tiempo de recuperar una silueta armónica y volver a gustarte al mirarte al espejo.
